Resumo
El tratamiento de los corredores fluviales en la planificación urbanística española, y en particular madrileña, ha pasado de considerarlos como límite a la expansión urbana (S. XIX), a tratar de conferirles una función recreativa y de ocio (1920-1960), a mirarlos como espacio de oportunidad para el desarrollo urbano e industrial (1960-80) y finalmente a concebirlos como espacios a proteger del desarrollo urbano (1980-2007). En el intento de aportar referencias para potenciar la capacidad de los corredores fluviales para la integración metropolitana y el ocio ciudadano, el análisis de la experiencia del caso de Madrid, muestra la insuficiencia de las políticas desarrolladas hasta la fecha. Se argumenta, incluso, que el actual proteccionismo, al mismo tiempo que garantiza la conservación de estos espacios, constituye un serio obstáculo para desarrollar sus potencialidades de integración y ocio metropolitanos, en la medida en que los separa de las zonas urbanizadas, a las que deberían conectar y servir, y en que impide aplicarles las fórmulas de gestión del suelo que permiten la adquisición de su propiedad.