Con la destrucción de las ciudades del Sur después del desastre de Curalaba, la colonización del país se reorientó a la región ubicada al Norte del Biobío. Las pérdidas humanas, la disminución de la mano de obra y el abandono obligado de importantes lavaderos de oro, fueron determinantes para que de una economía fundamentalmente aurífera, como la del siglo XVI, se pasase a una economía pecuaria en el siglo XVII y a otra predominantemente cerealista a partir del siglo XVIII. Al centrarse en la ganadería y en la agricultura la actividad económica, la tierra se valorizó y aumentó la demanda de mercedes de tierras de parte de los colonos. Entre 1599 y 1602 la distribución de mercedes en el valle de Santiago Fue increíblemente rápida, tanto por motivos mercantiles como por la despoblación de las ciudades del Sur. El proceso de concesión de mercedes de tierras se prolongaría en la Gobernación hasta 1718, tanto porque el Reino había quedado al margen de la política inaugurada por la Corona en 1591, que convirtió "las tierras baldías en regalías de carácter fiscal. con el fin de enajenarlas o exigir el pago de una composición pecuniaria, por defecto de título", cuanto porque los gobernadores siguieron otorgando ilegalmente concesiones de tierras, pese a que leyes de la Recopilación de 1680, las Rs. Cédulas de 19 de mano de 1709, y 20 de marzo de 1710 las prohibieron.
Lorenzo Schiaffino, S. (1987). Intentos de redistribución de la propiedad de la tierra en Chile, en el siglo XVIII. Revista Chilena De Historia Del Derecho, (13), Pág. 145–157. https://doi.org/10.5354/rchd.v0i13.24856